Como hijo de una mujer trabajadora de la industria del papel, como esposo de una profesional íntegra y sensible a la necesidad de los seres humanos, como líder de una empresa donde el 70% del equipo son mujeres profesionales talentosas, me enorgullece el temple que la mujer le pone a la cultura organizacional que requerimos. Según nuestra experiencia en AGREE más del 60% de las posiciones de liderazgo de gestión de personas está ocupado por profesionales mujeres. Nuestra interacción permanente con nuestros clientes así lo evidencia.
Tengo en mi mente muchos ejemplos comprobados donde una mujer asume, de manera más eficiente, varios roles ya que usan, almacenan y razonan mucho mejor la información. Tienen menos accidentes de trabajo, son más creativas, receptivas, empáticas y, en muchos casos, se muestran más solidarias que los hombres, sin temor a que sea un signo de debilidad. En realidad, todo ello ¡sólo evidencia su fortaleza!
Como he comentado anteriormente, vi en mi madre la asunción de múltiples roles, mujer, madre, trabajadora en la industria del papel y jefa del hogar. Esa figura la cuidé, cuido y seguiré cuidando en todos mis equipos de trabajo. Hoy sigue siendo todo un reto para las organizaciones encontrar prácticas de gestión de personas que faciliten el equilibrio de los múltiples roles que cumple la mujer trabajadora. En nuestras empresas, debemos respetar esta diversidad y generar permanentemente espacios de comunicación para una adecuada y consensuada gestión de objetivos y tiempos.
Conmemorar y destacar la lucha de las mujeres por lograr derechos que le han sido negados históricamente por la sociedad patriarcal, debe ser relevante en nuestra agenda diaria; esto nos ayudará a visibilizar el lugar que ocupan las mujeres en nuestras empresas y lograr la equidad de oportunidades y condiciones.